viernes, 20 de mayo de 2011

“Si tienes frijol, garbanzos o lentejas ... de qué te quejas?”


Siempre he pensado que si no fuera abogada, seria cocinera. Qué asunto más placentero para mí ver a quien come con tanto gusto algo que prepare con tanto interés, cuidado… pasión. Me encanta cocinar; alistar los ingredientes, cual programa de televisión de cocina, ir transformando cada uno y mezclar, combinar, probar, oler.

Tengo que confesar que cocinar me evoca mi casa materna, como desde chiquita vivo afuera, muchos de esos olores y sabores me traen a la mente, con un poco de nostalgia, la compañía de mi madre y mi abuela; también tengo que confesar que aunque muchas de mis preparaciones son un éxito en el paladar de mis amigas y amigos, todo ha sido un gran proceso de ensayo y error; si, es verdad, he experimentado con sus paladares muchas veces temiendo que el resultado no sea el mejor, imitando a mi abuelita en sus preparaciones, recordando sus recetas y mejorándolas con cosas bajadas de internet, probadas en algún lugar o vistas en la tele.

Una de esas mejoras ocurrió hace algunos meses después de mucho tiempo sin comer lentejas producto de una intoxicación. Recordé lo mucho que me gustaban y me antojé tremendamente de un platico de esta legumbre (cuando escribía esta nota me surgió la inquietud sobre qué tipo de alimento eran; una búsqueda minuciosa en la red me arrojó esta conclusión). De todas maneras ha sido un reto volver a comer lentejas, sin pensar en el terrible episodio que me causo aquella vez; así que recordé que una vez en casa de una amiga había probado una sopa de lentejas que me habían dejado maravillada, por su sabor, su textura y la combinación de cosas, sencilla pero especial que tenía dentro.

Para preparar esta sopita de lentejas, se requieren los siguientes ingredientes:



  • Aceite de Oliva
  • Medio tallo de cebolla puerro, o si no tiene cebolla normal.
  • Un diente de ajo
  • Un manojo de cilantro
  • Una taza de lentejas
  • Dos tazas de caldo
  • Tocineta o tocino
  • Aguacate
  • Arepitas blancas y delgadas
  • Sal

Se empieza picando finamente el ajo y el cilantro; después la cebolla, que a mí me gusta en aritos, pero hay quienes prefieren que también esté picada muy chiquito o por lo menos en medias lunas, todo va en gustos.

Se pone la olla en el fogón para que se caliente, después se pone el aceite de oliva y incorpora la cebolla hasta que este algo transparente y el ajo.

Después se agregan las dos tazas de caldo, junto con dos de agua y se espera hasta que se calienten para poner las lentejas; se cocinan a fuego medio y luego se dejan hervir por 20 minutos, o hasta que estén blandas, ojo no se debe dejar espesar. Cuando las lentejas estén listas, en su último hervor se pone la mitad del cilantro picado y la sal (recomiendo no poner la sal al principio, pues esto hará que las lentejitas no ablanden).

Aparte en un sartén se pone a freír la tocineta (o el tocino), yo prefiero ponerle un poco de agua y que suelte su grasita y se tueste en ella. Se ponen las arepas en el horno o en la parrilla hasta que estén tostaditas y algo doradas por encima.

Ya está listo para servir!!!

En un plato de fondo se pone la sopa de lentejas, por encima se añade otro poco de cilantro sin cocinar; se le pone la tocineta y el aguacate en trocitos y se acompaña de las arepitas tostadas.

No se imaginan el aroma y la mixtura de sabores en la boca, como cortan unos con otros en textura y en gusto. Por supuesto desde entonces las lentejas volvieron a mi mesa, me reconcilié con ellas y he creado otras variaciones de esta sopa, yo creo que el secreto está en saberlas combinar y poder disfrutar las sabrosas sorpresas que dentro de la sopa se pueden encontrar.

Pruébenla, realmente la van a disfrutar.

Por Paola Salgado